No soy solo barro.
No fallaré, oh mi amor,
aunque la carne lastime,
con ese deseo que gime,
y enciende la emoción.
Gran fortaleza es la razón,
que guarda nuestro tesoro,
no es de carne, no de oro,
en la fidelidad del corazón.
No puede el rojo vino,
no pueden falsos verbos,
hacer al espíritu ciervo,
para sacarlo del camino.
Legiones de la traición,
atacan muros del alma,
que la lealtad y la calma,
blindan fieles tu mansión.
Dice es corto el tiempo,
la voz de mi Padre amado,
que desde sagrado estrado,
infunde a mi espíritu aliento.
Poeta al atardecer.
Agosto de 2024..