Contrastes de mi tierra
En esta tierra corpulenta y abundante;
prolífica,
aficionada a las semillas
y a las vaquitas;
a las manos curtidas
que saben de amaneceres y ocasos
y de práctica la tierra,
se siembra una muchedumbre
de hambre,
y el árbol de la riqueza
que abarca las distancias;
kilómetros y kilómetros de pobreza,
pocos metros de abundancia
es ágil, y desenvuelve su sombra.
Este contraste de hoy en día,
mil novecientos o dos mil…,
que asma corazones por pocos pesos,
por su ración de ayuno,
mientras que a la tierra exigen servidumbre
señores sentados en sillones,
sectarios sumidos en seda, y con Ideas,
y que ni siquiera se los ve
salvo en la mora impositiva
y en los salvatajes financieros del estado
y que sudan a la tierra, a la gente, a la nación
y nos agotan…
En esta tierra abundante y corpulenta,
aficionada a los milicos
y a la derecha que siempre se hace por izquierda;
a los silencios, a las traiciones;
a los escaños alquilados a perpetuidad,
digo ésta, nuestra tierra;
ésta que vitorean solemnes himnos
y donde muchas marchas tristes quedaron sin tocar;
ésta, llena de ilustres lustrados en bronce,
fundidos por decretos y maquinaciones
y a donde a los héroes anónimos,
a los verdaderos próceres
los lustra el barro o el olvido…
En esta tierra corpulenta y abundante;
inagotable,
aficionada a las multinacionales
y al capital extranjero de beso rápido
y a los ministros de economía
que ponen su quiosco
para vender barato a granel
y costosos espejitos de colores;
ésta, con su prestidigitación bancaria
que cada decenio propaga su show
y que en primera fila la Justicia
le arroja sus peluches…
En esta tierra corpulenta, inagotable
prolífica,
aficionada al desprestigio de los brillantes
y a las puertas del aeropuerto
a exportar la inteligencia
digo ésta, nuestra tierra
ésta donde la juventud mira desde afuera
y el futuro es como siempre negro y cíclico
y el trabajo ya es un artículo
que no se encuentra en las góndolas del super
ésta, nuestra tierra
donde el futuro nunca llega a la pubertad
y lo que más brilla
es el oro falso
con el que nos compran
los que nos gobiernan
y el oro que se llevan
cuando nos venden
los que nos gobiernan
En esta tierra inagotable, prolífica
sumida en la paciencia y la esperanza;
digo ésta, nuestra tierra,
ésta, que hicieron los abuelos
y sus abuelos, con las manos,
con su fe y su trabajo;
y digo ésta, nuestra tierra,
ésta, que siempre se queda sin… sin…
nafta… porque se la llevan…
Ésta, nuestra tierra
¡Nuestra tierra!
¡NUESTRA TIERRA!