Cuando faltaban diez minutos para las doce
En ese instante, cuando me pediste
Que te diera cien lucas para pagar la renta
Cuando como tonto, escribía un poema
Dedicado a tus lindos ojos, tus labios carnosos
Mientras tú me decías, que querías más pelea
De dos a tres caídas sin límite de tiempo
Que lo único que de mi amabas, era mi
Pistola de agua, mi pistolita
Y me mataste, literal
Arrojé mis poemas al excusado
Y me dedique a aplicarte una buena llave
Aquí entre nos, “la Hurracarrana”
“la Gori Special” “La Nelson”
Y al final de la jornada, en verdad me mataste
Literalmente hablando.