Bendita seas amada y mujer mía de tierra y miradas advenedizas.clavas tus ojos a los míos dejándome absorto y callado a flor de labios de tus besos certeros. No deseo más en esta vida que perecer contigo en el dulce calvario de tus brazos que no hacen más que entregarse a los míos.amor mío precursora de mis días cariño felino y fatal.y los dos en el mismo cielo dónde el gorjeo de las aves comienzan el suplicio de este amor sin fin...los dos en el mismo cielo bajo el encanto de esta noche azul y estelar .ensueño mío dónde se acaban las palabras pero no podemos callar los suspiros y los besos que se ahogan en nuestras bocas que abandonan el sentido del tiempo deliberando el más ínfimo deseo y aquí los dos bajo este mismo cielo bendito...