Conforme avanzan los minutos se sofoca el ambiente y tiende a nublarse un poco por la cortina de humo que se forma debido al choque de la temperatura, ya han transcurrido varias horas y todo parece solamente amargarse, casi como cuando tomas un sorbo de café amargo, este posiblemente te despierte, pero, sigue siendo algo en veces desagradable; con cada sorbo pareciera que los minutos se convierten en segundos y vuelves a vivir durante unos instantes bajo una percepción surrealista de lo que realmente sucede a tu alrededor, no quiero decir que el cafecito amargo sea malo, trato de ejemplificar como algo tan maravilloso puede ser agotador, exactamente como vivir, una simple acción puede desbordar todo un progreso.