Instante de amor.
En la cúpula de la oscuridad
rozo tus labios con mi índice
alcanzando el remanso de tu boca
como rozando el borde de la vida
al caer la noche
pretendiendo que dures más que el tiempo
sobre la almohada que recibe la savia
tan breve y violenta, del amor enardecido
del corazón hacinado,
por mi mano sobre tu pecho
Junto a ti.
Escucha, no pido mucho,
la badana sedosa de tu palma
para caminar junto a ti entre la noche
con la tibieza de tu lienzo junto al mío
sin mas vestido que el deseo
sin mas anhelo que amanecer desnudos
juntos, riendo,
amando
Entrega
El eco de la entrega en el deceso de la noche
sobre las sábanas que no interrogan
a los besos que se entregan sin mirarnos
las bocas que se buscan a la orilla del delirio
las innobles manos palpando los deseos
las caricias que aceleran los latidos
en el elusivo y enérgico instante en que te tengo