DIJO EL POETA AL COGER UNA FLOR:
—¿Acaso eres tú un precioso descuido?
¿Acaso eres tú un beso entre mis ojos?
¿Acaso eres el presente de un «hoy»?
¿Acaso eres un mundo que no es mío,
la idea y la forma de lo hermoso,
el amor reencarnado en color,
una ilusión, el tiempo detenido,
un sinsentido, la vida de todo,
una excusa, un tesoro, una canción,
una diosa, una excepción, un principio?
¿Acaso eres tú lo que nunca he sido?
La flor se envolvió en su más puro asombro.
—No —le respondió—. Sólo soy una flor.
La otra luna de la cara (2024)