Hay tres estaciones en las relaciones
que necesitamos diferenciar
establecer una o priorizar
aunque duelan sus condiciones.
Desear:
Es como el fuego que arde veloz
como el anhelo que yace si se sacia
quizás el sueño que se extiende atroz
o la llama que pronto se apaga
Querer:
Es como la brisa que al alba acaricia,
como un río que corre sin detenerse.
Así, como un fuego que en el pecho se inicia.
Un abrazo que en días grises florece
Amar:
Es en cambio:
La paz que habita el verdadero amor
eterna y profunda como el ancho mar
nace en lo más intimo, sin temor
es sublime en su esencia y difícil de alcanzar.