MÁSCARA
Lo que se sabe
es que hay una máscara
de cara a la escarcha.
Está al amanecer
olvidada sobre la gramilla.
Lo que no se sabe
es de todos los rostros
que usó la máscara
uno tras otro
sobre la superficie cóncava
no han dejado maquillaje
ni vestigios de sentimientos.
Está congelada
en un rasgo,
no se inmuta
por la velocidad
que arrasa la autopista a su costado.
Solo una expresión
la mantiene mirando fijamente
boca abajo
con sus ojos despoblados.
Tal vez sea la máscara
la próxima que use mi rostro,
o mi rostro el próximo
que use la máscara.
Pero aquí estamos ambos
de cara a la escarcha.
Autor: Sergio Alejandro Cortéz.
Villa Dolores, Córdoba, Argentina.