Extrañamente amo mis adentro,
En cuanto estos callan.
Amo el silencio de la copa de mis árboles,
Cuando sopla el sur y el oeste fallece,
Cuando todo grita nada y nada se esconde en mí.
Amo callar y pensarme ausente,
Inherente a lo tercero, a lo segundo
Incluso a lo primero.
Todo se expresa en el cristal de mi soledad;
La rabia de mi extroversión anímica,
La decepción de mis angustias,
La belleza de mi éter esmeralda y
Mis carnes ámbar.
Extramemente soy de la ausencia de las gentes,
Soy el sin sabor de sus besos
Y el perfume de sus paseos, que huelen a nada.
He sido la rata de las primaveras,
Las serpiente que baila en el fuego,
Criaturas extrañas he sido,
Demonios cándidos,
Y angeles pueriles.