Autor: Mateo Cedillo
Fecha de escrito: 22/07/2024
Es peludo y elegante,
Es juguetón y servicial,
Protector cuando te caes
Y consolador cuando estás mal;
Es de demostrar su afecto
Y su lado más dulce,
De transmitir sus defectos
Cuando él, bravo o no, te ruge.
Pero ¿Qué hay de un hombre
Que se caló a algo más profundo
A lo que el perro, en este mundo,
aún no ha podido llegar?
Ese algo es como tantos tiempos
De dichas, risas y sorpresas;
De compartir muchos pensamientos,
El corazón, las destrezas…
“aunque lo aprecio y quiero,
Aunque en mi corazón lo tengo,
Aunque tenga su encanto,
Aunque me ladre por momentos…
El perro no es mi amigo;
Al menos, no el verdadero,
El que yo quisiera tener,
El que con el tiempo se perdió sin querer”.
El verdadero amigo de este hombre
Está en quien ponga su corazón,
Su alma, su estar y su valor;
Su sostén y disposición.
Quien, sin importar los desperfectos,
Los golpazos bajo cualquier momento,
Lo sostiene, lo brinda,
Haciendo su camino más recto.
“si quieres entrar en mi casa
Y prefieres adentrarte a ella,
Eres más que bienvenido, ¡pasa!
Solo, por favor, conserva las cosas más bellas.