EL ÚLTIMO POEMA.
Sentado en su sillón dormita el poeta,
oteando la tarde con sus ojos llorosos,
solitario crepúsculo, mohíno, pesaroso,
en un ocaso triste de naranja y violeta,
detenida la tarde sin brisa en la veleta,
recorta el confín una figura femenina,
que en habitual ilusión viene repentina,
a revivir la miel de su sempiterno beso,
en su mente esclava y del amor preso,
con unos ojos puros de mirada cristalina.
Torturas de soledad sufre el trovador,
lo alienta el trino de un pequeño pajarillo,
vestido de gris porque no gusta el amarillo,
es tono de quien vá por la vida sin valor,
y el rapsoda que eligió el rojo por color,
para observar el cielo desde el ventanal,
invita al ave que le canta desde el umbral,
declamen juntos a su amada que se a ido,
sabe el poeta no resistirá su corazón herido,
leer el último poema que guarda su morral.
La tenue luz de la recién llegada mañana,
avisó al herbasal que ya vino el rocío,
mudo se quedó el canto de agua del río,
que anuncia a diario la hora temprana,
el colibrí que pinta vuelos a la mañana,
no vino hoy por el dulce nectar del jardín,
los tordos trajeron en tristes notas de clarín,
noticias de la partida del viejo amigo poeta,
que el pasado atardecer voló una cometa,
para buscar a su amada en un vuelo sin fin.
Autor: Poeta al atardecer.
Agosto de 2024.
Agosto de 2024.