ruta de los llanos,
desolada y solitaria de día,
tenebrosa y habitada de noche,
sus amaneceres alborados,
con un sol colorado, naranja y rosa,
sus siestas radiantes con remolinos danzantes,
sus caminos con guadales eternos,de pasos atrapantes y empantanantes,
su fauna salvaje con ojos alumbrantes,
sus estrellas grandes y relucientes,
su gente amable con perros guardianes,
una llegada de caminos eternos,
de fincas brillantes con vecinos sedientos,
anhelando vida,
anhelando frutos,
cuerpos cansados y esperanzados,
anhelando llegar a un nuevo hogar,
y así culmina está crónica entre breas,jarillas y pichanas, un poco poética e irónica pero por siempre anecdótica.