El bosque etéreo.
En el bosque estéreo,
las hadas se deslizan,
entre sombras y luces,
tejidos en el aire denso.
Las hojas son secretos olvidados,
y el viento lleva consigo un canto,
fantasía que se enreda en los árboles,
donde el tiempo se disuelve.
Las estrellas caen,
son polvo dorado,
se enredan en telaraña,
magia y misterio.
La realidad se fragmenta,
brillan como orquídeas,
en la vasta oscuridad,
creando constelaciones.
En el corazón del bosque,
la esencia de la noche,
en el reino efímero,
las hadas juguetean.
Elianel.