José Fas Fonfría

AQUELLA TARDE.

AQUELLA TARDE

Aquella tarde, las sábanas blancas de la cama,
se tornaron coloradas, por el rubor que sentían
ante nuestros cuerpos desnudos.

Presos por la lujuria del momento
realizamos actos difíciles de detallar,
y a la vez, imposibles de olvidar.
Tu cuerpo me abrasaba, y el mío, también a ti.

Pero ambos queríamos más,
nos exigíamos más a cada momento,
momentos imperecederos en mi memoria.

Si hubo algún guion preparado,
se fue al traste, ante tu cuerpo tan anhelado,
improvisamos valiéndonos de la imaginación
un amplio repertorio de besos y caricias.

Te sentí dentro de mí,
al tiempo, que también penetraba en ti.
Tu jadeabas como una poseída,
poseída en verdad, por el amor tierno y duro,
que mi cuerpo te regaló aquella tarde.

Fuiste mía, y yo, fui tuyo para siempre.
Pase lo que pase, quedará siempre así…
en el recuerdo.