Respira vida otra vez,
Sonríe por el hecho de ser,
Ensoñando en su momento,
Libre forma de ver.
Los ojos de la niñez,
Lo único que vale rescatar,
Cuando todo está por acabar,
cuando ya no quede un después.
Así late el espíritu al compartir,
un minuto que no sabe de segundos,
un corazón que no se permite sufrir,
por su mente constructora increíbles mundos.