elisain maldonado

LÁGRIMAS DE LUNA

 

El aroma de la noche se mezcla con el susurro del viento mientras la luna se desliza suavemente por la piel desnuda, iluminando el deseo que arde entre dos cuerpos entrelazados. 

Sus labios, embriagados por el dulce néctar de la pasión, recorren cada rincón con la delicadeza de una caricia, dejando un rastro de fuego que enciende la piel.

 Las manos, que se descubren mutuamente en cada roce, exploran con una devoción ferviente, como si fueran a esculpir la forma del amor en un suspiro.
 
Entre gemidos
 ahogados y miradas que hablan sin palabras, se funden en una danza eterna, redescubriendo una y otra vez el placer de amarse, de perderse en el uno al otro, en un abismo donde solo existe la entrega absoluta.

En la penumbra, donde los secretos se susurran y las promesas se sellan en piel, las sombras juegan con las curvas de sus cuerpos, dibujando senderos invisibles que sólo el deseo puede seguir. 

Cada movimiento es un compás silencioso, una melodía que solo ellos entienden, mientras sus cuerpos hablan un lenguaje antiguo, primitivo, que despierta los instintos más profundos. 

Las respiraciones se entrelazan en un ritmo suave, constante, mientras las manos viajan sin prisa, explorando cada rincón, cada curva, con una devoción casi reverente.

 En ese instante, el tiempo se detiene, y solo existe el ahora, donde el amor y la lujuria se fusionan, creando una experiencia que trasciende lo físico, elevando sus almas a un lugar donde el placer y el amor se convierten en uno solo, eterno y sublime.