Una desnuda angustia ronda por las membranas de la noche
flotan sospechas entre la oscuridad.
Sólo vislumbro los márgenes agitados por el vaivén
de las horas. Al resto debo intuirlo, la penumbra
diluye toda posibilidad
Sé que más allá, nadando a brazo partido, está Europa
y sus castillos de reyes conquistadores.
Logro escuchar lejanos e indescifrables lamentos
de los desertores, crujir de maderos, gaviotas ciegas.
Comprendo que pertenecen al ámbito negro del que
ahora también soy presa.
No existe comunicación ni escapatoria
cuando se cae en las tinieblas