El perdón ya disgusta al oído.
El que oyes y el que escucho
proviene de una sola voz
que es la mía arrepentida,
escucho tu voz adolorida.
Cuántas veces
Hubo agonía en tus llantos nocturnos:
Por todo eso, me disculpo.
Aun así, cómo odio repetirlo
cómo odias oírlo.