Lo mío no son poemas; son relatos vividos escritos con conciencia de terribles acontecimientos y situaciones que me dejan despierto en noches de soledad inmensa.
Lo mío no son poemas; son descargos plasmados sobre hojas blancas en puños y letras.
Lo mío no son poemas, porque muchas no tienen rimas, estrofas, ni versos; simplemente son expresiones y quejas.
Lo mío no son poemas, son simples comentarios y reflexiones de una vida carente de besos y caricias que siempre las he necesitado pero fueron ignoradas.
¡Lo mío no son poemas! Son recuerdos melancólicos narrados para tratar de hacer desaparecer de mi interior esos pensamientos perturbadores que taladran hasta los huesos.
Esas memorias que me vienen en forma de escenas siniestras que calan en mi cabeza, rompiendo el cráneo para adentrarse en mi mente, mi cerebro…
Lo mío no son poemas, simplemente son desgarros de dolor que me desangran hasta el punto de querer vomitar desde lo profundo de mi estomago repulsivo.
Lo mío no son poemas; son anotaciones que llevo como un diario de adolescente que vive de amor carente, para después volverlas a leer y cuidar en donde no volver a pisar.
Lo mío no son poemas; simplemente no busques lógicas ni sentido a nada, mucho menos a donde quiero llegar.
Lo mío no son poemas, solo son proezas que he tenido que afrontar, ya sea con cobardía o valentía, dependiendo del punto de vista personal.
Lo mío no son poemas, lo mío son dolores y heridas abiertas que hablan por si solas, tratando de hacer catarsis para liberarme de algunas de ellas.
Lo mío no son poemas; son desolaciones, desilusiones y, por sobre todo, el mal sabor del desamor, las depresiones que me advierten que tengo que madurar.
\"Lo mío no son poemas, y no espero que lo entiendas\".