Angel Reyes Burgos

Sexo sin amor

Iba volando muy bajo como hermoso colibrí,
buscando en cada esquina una flor que poder abrir.


En mi volar la encontré era coqueta y bien fina,
y al posarme a libarla me hirio con sus espinas.


Ignorando mi dolor seguí volando muy bajo,
para encontrar otra flor con prisas, buscando atajos.


Una hermosa rosa roja me cautivo de emoción,
y pronto me clavo sus espinas muy dentro del corazón.


Mis deseos y mis pasiones no me dejaban lugar
para algo tan importante que conjuga el verbo amar.


Seguí sufriendo mentiras dolores y desilusión,
hasta encontrar en mi vida la fuente de inspiración,
una hermosa mujer que mi corazón sanó,
restableció mis heridas llenándome de su amor.


Ahora tengo aprendido lo que deja esta lección,
que el sexo sin amor, conduce a la perdición,
un vacío en la conciencia, tristeza y soledad
y por curar mis heridas no te dejare de amar.


Me viene a la memoria una poesía que me enseño mi madre


Las moscas


A un panal de rica miel dos mil moscas acudieron, 

  que por golosas murieron, presas de patas en él.

 Otra dentro de un pastel enterró su golosina. 

Así si bien se examina, los humanos corazones 

perecen en las prisiones del vicio que los domina. 


Samaniego

Ángel Reyes