Cutufato, niño inquieto,
corre y brinca sin sosiego,
mientras su gato, hecho pliego,
duerme en su rincón secreto.
Cutufato, sin resuello,
tras la pelota se lanza,
mientras su gato, en bonanza,
se acurruca en su bello cuello.
Cutufato, entre mil juegos,
ríe y canta sin cesar,
mientras su gato, sin chistar,
deja que pasen sus ruegos.
Cutufato, en fatiga,
trisca y salta sin temor,
mientras su gato, con primor,
maúlla y vela por su amiga.
Cutufato y su buen gato,
uno activo, el otro quieto,
forman un cuadro discreto
que enternece al más ingrato!