En la bruma gris,
sopla el viento fiel,
sombra del guerrero,
bajo el cerezal.
La katana brilla,
contra el sol naciente,
honor y destino,
en un solo compás.
Caminos de honor,
caminos de paz,
en la lucha firme,
un susurro va.
Hojas de silencio,
caen al suelo,
el alma del guerrero,
siempre en su duelo.
Que el espíritu,
del samurái,
guíe mis pasos,
hacia la eternidad.