Por mucho tiempo, el camino yacía en las tinieblas,
las arenas inmóviles, testigos de siglos pasados.
¿Qué secretos ocultan esas sombras eternas?
¿Qué historias susurran los gránulos de arena?
En la oscuridad, mis pasos se desvanecen,
como si el tiempo mismo se hubiera detenido.
¿Cuántos viajeros perdidos vagaron aquí antes,
buscando respuestas en este laberinto de sombras?
Las estrellas, mudas testigos del tiempo,
observan desde lo alto, sin revelar su secreto.
Quizás el destino, como un faro distante,
guíe mis pasos hacia la luz que anhelo encontrar.
Así sigo, entre tinieblas y las arenas,
un peregrino en busca de respuestas olvidadas.
¿Quién sabe si algún día, en este camino sin fin,
descubriré la verdad que aguarda en la penumbra?