Macaa

El estar

 

Las horas pasaron y jamás volví a verlo.

Los días pasaron y creí estar bien.

Aunque fue liberador, la soledad nunca fue planeada esta vez (creo).

Sin más, elegí esto para mí, no estoy triste, sino con incertidumbre.

¿Cuándo odie la soledad? Nunca. En realidad, estamos siempre en soledad, sólo que a muchos es imposible y a otros hasta la anhelan.

Cuando me encuentro tan dentro mío, exploro que hay mucho más, me descubro, me reinvento, me aíslo, salgo y vuelvo.

Ahora entre el arte mismo me encuentro, amo mi soledad, es la herramienta a la (auto) exploración. Para aquellos que no confían en ese proceso, algún día lo verán.

Cuando por fin caí en lo que ocurría, yo misma tome las riendas y me fui, haya hecho bien o mal, el futuro me dirá.

Seguiré buscando ante la incertidumbre de mi existencia, otra vez. Esta vez sin rendirme.