Marcelo López

Ombligo

Negro el cabello

acaricio con celo

la mano llega

hasta encontrar el deseo.

 

Una llama se enciende

iluminando el lecho

donde habrá de caer

cuerpo entero.

 

El brazo ciñe

esa dislique figura

cuando el meñique toca

la cicatriz redonda.

 

Comienzo de un rito

de un rito bello

donde la entrega incondicional

se vuelve el reto.

 

Tú, el último

tú, el primero

entregada a ti

en cuerpo entero.