José Fas Fonfría

MI SOLEDAD.

MI SOLEDAD

Hola buenos días, ¿Qué tal has dormido hoy?

¿Bien verdad? ¡Pues claro, como tiene que ser!

Pero mira, yo… no he dormido bien del todo,

sabes, siento como que… me falta algo,

pienso que debería buscarme, otra compañía,

otra amante, que me mime y me de cariño.

Entiéndeme, no es, que no lo pase bien contigo,

sabes que sí, es mucho el tiempo que llevamos juntos,

y hemos aprendido ambos a respetarnos,
comprendernos y querernos mutuamente.

La verdad es, que no sé lo que sería de mi sin ti,
el tenerte siempre cerca, y el saber que siempre
estas disponible para mí, me reconforta mucho.

Pero yo… necesito, otro amor más físico, más tangible,

no lo tomes a mal, sabes que tú siempre me tendrás,

me conozco y sé que tarde o temprano volveré a ti,
¡Venga sonríe, tonta, si sabes que te quiero mucho!

 

Mira, hagamos una cosa, desayunamos

y luego salimos a dar un paseo, ¿Te parece?

Si es que siempre aceptas todo lo que te propongo,

¡Como no voy a estar a gusto contigo!

Venga, siéntate a mi lado y desayuna conmigo,

luego, saldremos los dos a dar una vuelta,

a pasear por el centro, a ver si vemos a alguna

que me guste, y que te guste también a ti,

porque yo quiero, que tú me aconsejes,

yo confió en ti, si ves que elijo mal házmelo saber.

A mí, me gustaría, alguien de mi edad,

más o menos, un poquito algo mayor,
 tampoco estaría mal, pero no mucho.

También, si es más joven que yo, pero no mucho,

porque esas, tienen muchos pájaros en la cabeza.

Rubia o morena, me da igual, pero guapa, eso sí,
aunque… tampoco mucho, soy algo celosillo

y quiero evitar las tentaciones, ya me entiendes.

Aunque… ¡Ya estoy como siempre!

ya sé que piensas que soy muy quisquilloso,

muy exigente en mis elecciones, y que luego,
me conformo, con el primer palo de escoba

con faldas, que pasa por mi lado.

Pero chica, que le voy a hacer, soy así,

y estoy necesitado, lo confieso.

Venga tonta, no te enfades, y déjame probar,

a ver si esta vez tengo suerte y acierto.

Y es que me cohíbes, me quitas la ilusión,
yo voy todo contento y esperanzado,

y tú con esa cara de enfadada,

¡Pon algo de tu parte, por favor!

Si sigues así nos volvemos a casa,

y es que no se puede pasear contigo,

¡Siempre tan exigente! Y eso que…

aún no he elegido a la que te sustituya.

Pero mira, de ti depende, no aguanto más,

o te dedicas más a mí, o te cambio por otra, ¡Hala!

¡Y es que no puedo seguir así!

¡Siempre enfadada, siempre de mal humor!

¡Nunca te parece bien lo que pienso o hago!

¡Así no podemos continuar!

Yo necesito un interlocutor físico,

una mujer, a la que pueda abrazar, besar,

y hacer el amor con ella cuando tenga ganas.

Si continúo hablando día y noche, a todas horas,

con mi soledad, me voy a volver loco.

Tú, mi soledad, eres a la vez
objetiva y subjetiva, lo abarcas todo,

objetiva porque me gusta estar solo,

y subjetiva, porque siempre me siento solo.

Yo he elegido mi soledad

porque me gusta estar solo,

así me auto descubro personalmente,

me encuentro a mí mismo,

pero debo mantener siempre el control,

los drogadictos dicen que siempre controlan,

pero se engañan a sí mismos,

no quiero ser como ellos.

Se que existen cosas peores que estar solo,

aunque a veces tardamos en darnos cuenta.

Y es que todo cansa, todo aburre,

persigues un fin, una ilusión,

y cuando la encuentras… ¿Qué?

¡Hay que seguir, otra vez a empezar!

Para buscar y encontrar la siguiente,

y siempre es tarde, siempre, es demasiado tarde.

Lo peor de todo, no es estar solo,

lo peor es darse cuenta de que estás solo.
Y es que, para curarnos totalmente de un dolor,

hay que padecerlo primero en su plenitud.

Bueno, ya he filosofado bastante por hoy,

voy a acostarme y descansar, estoy cansado.

Mañana será otro día.

¿Te vienes nena?