no hay que exagerar:
no es necesario meterse en
un cuarto desmedido
con telas de arañas
para mantener la conversación a punto
y con el interés alerta a
los seis sentidos
hablemos ahora nomás sin
miedo a lo que pueda desmoronarse
en la conciencia
(no nos descuadremos eso sí)
y saquemos conclusiones finales
alguna moraleja distinta
a lo daque trastabillando en las
improbables formas todas