Fecha de escrito: 08/01/2024
Cómo desvanecen El sol y el viento;
Cómo se convierte La lluvia en mi llanto;
Oh cielo que llora, compañía en la oscuridad,
A tus lágrimas las admiro tanto
que a veces parecen un encanto,
pero a la vez me da serenidad,
antídoto para mis heridas;
y para calmar, calmar ese pesar.
Elevando mi rostro hacia tu guarida,
entre sollozos, yo te vengo a contar
que este leso que toca el corazón,
Fue el pozo que les hicieron chocar.
Chocar a mi vida y al alma más deseada,
Y entonces se dio esta disyunción;
Pero aun así yo, con la osadía lacerada,
Quiero emprender la felicidad de esta dispersión.