Yo soy el día, tú la noche;
tan cerca y nunca juntos...
Poner de excusa la amistad,
callar los gritos de mi alma,
es mi cuaresma perpetua,
mi penitencia sin confesión.
Bella tentación de mis ojos,
torbellino que me hipnotiza,
me atrae y me enloquece
y a cada rato me apetece.
¡Ay secreto mío inconfesable,
arrepentimiento imposible,
sueño y nada más sueño aún,
amor de boca sin protocolos,
ilusión de todos mis suspiros,
que ya sospecha el universo.
Te quiero con etiqueta de prohibido,
te deseo con título de ajeno,
o sea con sacrílega libertad
porque eres dulce pecado original.
TE QUIERO, y te quiero CONMIGO
sin epítome de códigos morales
que infringimos en complicidad;
me quiero, y me quiero contigo
hoy, mañana y todas las estaciones.
¡Ay qué bonito es lo anormal,
qué atrayente es lo imposible.
Amar algo como entre la sombra,
donde los verbos del corazón
llevan el sello de pecado y prohibido.
Es casi un ritual de apoteosis,
donde crees y sientes el cielo,
por hacer todo y no sós nada.