En el dojo, la danza comienza,
Gi blanco, cinturón bien ceñido,
El Jiu Jitsu, con gracia inmensa,
Despierta el guerrero dormido.
Ondula el cuerpo cual serpiente,
Fluye suave como el agua clara,
Estrategia aguda en la mente,
Técnica que el tiempo ampara.
Sumisión, el arte de ceder,
Para luego al rival dominar,
En el mat se puede aprender
Que la vida es como luchar.
Brazos, piernas entrelazados,
En un baile de precisión,
Movimientos calculados,
Respeto y dedicación.
Del kyu al dan, largo camino,
Cada grado, una lección más,
El Jiu Jitsu marca el destino,
De quien busca ir más allá.
Este arte milenario enseña
Que el débil puede al fuerte vencer,
Si con pasión y fe se empeña,
Y nunca deja de aprender.