Patricia Aznar Laffont

Averno

 

Desgajados por el antiguo Sudor del Cielo

Cantan, umbrías

las Viejas Sombras Fantasmales...

 

Trozos de Espejos y Cristales Rotos,

Me acechan,

En Mudo Mutismo...

 

Se Clavan en la Fragilidad

de mi Corazón Viejo,

Añoso,

en Vértigo Cóncavo...

 

Antiguo...

 

Desolado...

 

Dónde estás Amor de mi Infancia?

 

Y ese, el de la Juventud ahora en Ruinas,

que antes era Airosa e Imborrable?

 

Sólo quedan Aguas  Saladas

o Gélidas lágrimas

sin Sosiego

y en Letargo.

 

Cortinas, sólo Cortinas,

en Danzas

Macabras...

 

Y Velos, sólo Velos Cerrados,

 

Contenidos en mis ojos Apretados.

 

Sin Luz...

 

Sin Fuego,

y en Desmadre...

 

Cortinas, sólo Cortinas

Y Velos Sesgados de Tiempo

Polvoriento...

 

Cortinas Y Velos Mareantes

En un Mar Agitado.

 

Cortinas en Encajes Derramados

que Cruzan Indiferentes

El Compás

de Péndulos

de aquellos, mis Latidos en Desgarro.

 

Oigo, Escucho, el Rumor

De Canciones

Sin Compases ni Tiempo...

 

Entre  la Bruma Grisácea

Embestida en la Negrura

de mi Alma que se Desvanece

y Muere por las Noches.

 

Busco y quizás Encuentre el Incienso

que Ilumine...

 

Que se Pueda Encender

En el Camino de mi Vida

sin Raíces...

 

Mientras la Arena en Sórdidos Corpúsculos

Teñida su Esencia

de Muerte Vencida,

me Encuentra

en la Sola Soledad

de mis Días.

 

Por Dios!

Que Alguien me Rescate,

De este Averno ya sin Vida.

 

Que Alguien me Llame por mi Nombre.

 

Averno,

que Sin Razón

cada Día y Hora,

me Comprime.

 

Me Ataca en Duermevelas

Siniestras...

 

Y Sin Piedades

Una y Otra vez,

Me Apuñala...

 

Me Quema en Hielos Secos y Humeantes.

Siempre Gana

y Mata la desvanecida Esperanza

que Huele el Vasto olor de Humanidad Vencida.

 

(Patricia)