Desgajados por el antiguo Sudor del Cielo
Cantan, umbrías
las Viejas Sombras Fantasmales...
Trozos de Espejos y Cristales Rotos,
Me acechan,
En Mudo Mutismo...
Se Clavan en la Fragilidad
de mi Corazón Viejo,
Añoso,
en Vértigo Cóncavo...
Antiguo...
Desolado...
Dónde estás Amor de mi Infancia?
Y ese, el de la Juventud ahora en Ruinas,
que antes era Airosa e Imborrable?
Sólo quedan Aguas Saladas
o Gélidas lágrimas
sin Sosiego
y en Letargo.
Cortinas, sólo Cortinas,
en Danzas
Macabras...
Y Velos, sólo Velos Cerrados,
Contenidos en mis ojos Apretados.
Sin Luz...
Sin Fuego,
y en Desmadre...
Cortinas, sólo Cortinas
Y Velos Sesgados de Tiempo
Polvoriento...
Cortinas Y Velos Mareantes
En un Mar Agitado.
Cortinas en Encajes Derramados
que Cruzan Indiferentes
El Compás
de Péndulos
de aquellos, mis Latidos en Desgarro.
Oigo, Escucho, el Rumor
De Canciones
Sin Compases ni Tiempo...
Entre la Bruma Grisácea
Embestida en la Negrura
de mi Alma que se Desvanece
y Muere por las Noches.
Busco y quizás Encuentre el Incienso
que Ilumine...
Que se Pueda Encender
En el Camino de mi Vida
sin Raíces...
Mientras la Arena en Sórdidos Corpúsculos
Teñida su Esencia
de Muerte Vencida,
me Encuentra
en la Sola Soledad
de mis Días.
Por Dios!
Que Alguien me Rescate,
De este Averno ya sin Vida.
Que Alguien me Llame por mi Nombre.
Averno,
que Sin Razón
cada Día y Hora,
me Comprime.
Me Ataca en Duermevelas
Siniestras...
Y Sin Piedades
Una y Otra vez,
Me Apuñala...
Me Quema en Hielos Secos y Humeantes.
Siempre Gana
y Mata la desvanecida Esperanza
que Huele el Vasto olor de Humanidad Vencida.
(Patricia)