Gonzalo Márquez Pedregal

MELANCOLÍA DE LAS HOJAS SECAS

MELANCOLÍA DE LAS HOJAS SECAS .
 
Bajo mis pies, las hojas secas
crujen en su desdén.
Melancolía de melodías antiguas,
de laúdes y Cítaras
Las escuchó impávido, sentado,
en un banco cualquiera,
de la estación.
Miro hacia un lado y al otro.,
¿Dónde está el tren?!
¡Que todavía no llega!
A este andén.
 
Desde donde estoy,
veo el brillo de plata,
de sol mañanero reflejarse
en la superficie pulida, del riel.
El tren ya se acerca y ,
alrededor se arremolinan.
Melancólicas las hojas secas,
De un otoño de llanto, y hiel.
 
era tediosa la espera.
Y más si tú, no bajabas del tren.
Volveré otra vez mañana,
pues sé que mi destino eres tu ,
Sentaré de nuevo mi osamenta,
 
en aquel banco, en el Anden
donde te despediste, aquel día.
Sin saber si te volvería a ver.
La verdad, que no se no,
se dejar de querer.
Me quede impertérrito y frío.
Vuelve el sonido a mi oído,
de el silbato del tren.
 
Esta vez sí que venias,
déjame que ,
me explique.
No dejare que te,
marches otra vez.
 
Melancolía de las ,
hojas secas, volverás,
como cada otoño,
con la melodía del piano
 
Tú y yo, y tu paleta ,
de colores: amarillos,
 Rojizos, y diferentes 
tonos grises.
 
Sera tu amor y mi amor únicos,
Como versos indivisibles.
Que se aferran al papel,
Como si fueran a echar raíces,
seremos dichosos y felices,
El amor fue el que nos,
ofreció Estas directrices.
Es en las bellas,
jornadas otoñales,
cuando más hermosos ,
y pomposos están los rosales,
 
Y una manta de hojas secas,
tapan la desnudez de tu cuerpo
enredado, en eterno abrazo al mío
Ahora ya sabes, cuanto,
 
te quise y te quiero.
Mi corazón no es solo mío.
Te lo regalo a ti. Amor mío.