jvnavarro

DIARIO DE VERANO LIX (MIS BRUJAS)

 

Entre conjuros y cánticos 

con elevados tintes de melancolía,

 he visto 

y no se me olvidará nunca,

brujas de noche 

y brujas de día,

brujas durmiendo a la serena

y brujas que riman,

con aguja, 

burbuja,

 cartuja,

 cruja,

 dibuja, 

empuja, 

granuja,

 maruja,

 repuja

y sobrepuja.

 

Hay siguiendo con esta letanía,

 muchas brujas 

que perdidas andan 

en busca de aventuras,

y con sus prisas

 se cuelan por las chimeneas

y a veces se chamuscan.

 

Pero entre todas las brujas

hay una

 que tiene una mirada felina,

la nariz larga 

y en ella una verruga.

Vive ella

en los libros de fantasía

y en los ojos vidriosos

de los sapos que habitan 

en las charcas de nuestras vidas.

 

Pobres brujas 

fueron ellas perseguidas

y de una forma brutal

a cenizas reducidas

por el clero malicioso

que verlas quería 

en prisión y desnudas.

 

 Las brujas se escondían

para cuando con saña 

eran denunciadas

ante la justicia,

las blancas y las negras,

las rojizas y las amarillas,

todas al final convertidas

en tristes heroínas 

de una muerte

 que ni buscaban ni querían.

 

A las tres de la madrugada,

 hora de las brujas, 

un silencio se prolonga

por allí donde ellas viven

entre intrigas

procurando placeres 

a quienes de ellas requieren 

favores

con que alegrar sus vidas.