Era tan solo tuya y tú tan mío,
éramos día y sol, noche y rocío.
Hoy te siento distante y tan ajeno;
nos aburre lo que antes era ameno.
Se han muerto la pasión y el desenfreno,
ha sido la rutina su veneno.
Pongamos lo vivido en la balanza
buscando renacer con fe y confianza.
Seamos luz para este amor sombrío,
relámpago que llega antes que el trueno,
y veremos brillar a la esperanza.