Te ví partir enojada, yo cruzandome
de brazos, me daba igual que te
fuera porque, tu mal genio no lo
quería tener en casa. Hasta pensaba
como te fueras de mi vida..
Contigo no era felíz, a buena hora te
fuiste.
Lo bonito es que no te extraño
porque, mis días son de felicidad.
Hasta mis amistades me visitan
porque, contigo, con tú mal carácter
no llegaba, hasta mezquinaba un pan
a quien lo necesitaba.
Ahora soy bendecido de Dios y, comparto un
bocado porque, mañana recibo
bendiciones de ese ángel que tengo
en el cielo. Le rezo una plegaria para
tener sus cuidados en mi diario vivir.