Mauro Enrique Lopez Z.

Tú enojo

Te ví partir enojada, yo cruzandome 

de brazos, me daba igual que te 

fuera porque, tu mal genio no lo 

quería tener en casa. Hasta pensaba 

como te fueras de mi vida..

Contigo no era felíz, a buena hora te 

fuiste.

 Lo bonito es que no te extraño 

porque, mis días son de felicidad.  

Hasta mis amistades me visitan 

porque, contigo, con tú mal carácter 

no llegaba, hasta mezquinaba un pan 

a quien lo necesitaba.

 Ahora soy bendecido de Dios y, comparto un 

bocado porque, mañana recibo 

bendiciones de ese ángel que tengo 

en el cielo. Le rezo una plegaria para 

tener sus cuidados en mi diario vivir.