Fue fácil salirme de tí, porque lo
negabas. Que no tenías un amante;
que casualidad que en la misma
avenida donde me voy a cenar,
bien abrazadita estabas, yo me dio
igual, me acerqué donde ustedes
estaban; hasta un saludo hubo
de parte de mí y, tu amante me invitó
a cenar. Yo me negué diciendo
que tenía que regresar enseguida a
casa, porque había invitados y, tengo
que atenderlo. Gracias otro día será,
que fácil fue deshacerme de ti.