Es tan seco
el chasquido de dos
cuerpos sin amor,
insípido al rosar
los labios sin sentimiento
cómo dos animales alunados.
Esas manos obscenas
sobre la piel
mirando con lujuria
que hace pecar y olvidar amar,
faltando el respeto
llegando a una pasión sin amor.
Es tan seco
el susurro en la noche,
vacío, sin promesas,
como hojas cayendo en silencio
sin tierra que las acoja.
En la oscuridad de nuestros cuerpos,
las sombras se funden
pero no se tocan,
como un eco sin voz,
como un grito sin razón.
Entre suspiros apagados,
se pierde el sentido
se esfuma el deseo,
dejando solo
la aridez de la piel
y el silencio de un adiós sin lágrimas.
Dvflor