Haz algo profundo:
únete al fuego de tu respiración;
adhiere tu mente a tu retina;
devuelve tu cuerpo,
como un traje que alquilaste
para asistir a una fiesta,
al sastre que lo hizo;
y quédate así,
como una partícula
de luz sin origen,
en tu conciencia.
HuGóS | 12-14-2011 | 7:27 p.m.