A la mañana, suena el despertador,
un grito agudo, una emoción desafiante,
saltando de la cama, con gran fervor,
mi café ya listo, de aroma excitante.
Mas al ir a la cocina, gran sorpresa,
el café se evaporó. ¡Qué cruel traición!.
Mi gato pícaro, con risa traviesa,
todo se lo bebió. ¡Vaya situación!.
“¡Devuélveme la infusión de mi energía!,
que sin ti, la jornada es pura agonía.”
El gato bien se ríe, su cola en alto,
Y yo en mi desvelo, con cara de asfalto,
sin mi café, caigo en una depresión.
¡Que el humor del día es la mejor canción!.