Martina era una señora de sesenta y cuando joven había sido bastante aventurera, yéndose de su casa a Europa se emancipó a los veinte años.Trabajó, se desempeñó de lo que fuera, para poder costearse la vida, ya había conocido a Julio, que fue su marido, cuando regresó, después de un año y medio, manteniendo casi a diario una relación epistolar.
A los sesenta años,quizo seguir viviendo otras aventuras.La pandemia del corona virus le cambió la cabeza, el encierro, le cambió el chip de su cabeza.Obviamente ya ni su físico ni resitencia eran las mismas.Sin embargo, quiso tener nuevas experiencias de vida y se fue a vivir en medio de la naturaleza..Donde sus compañeras sabían quien era quien.Pero ella fue reconociendo sus limitaciones. Cuando fue a la playa, unos aparentemente inofensivos peces, le mordieron el lunar que tiene en el pie..Salió sobresaltada del agua, esta siempre la había relajado.Habló con algunos locatarios. Se subió a un camión, donde la gente subía y bajaba apretados como sardina en lata,-El camino de tierra con pozos, el camión iba dando tumbos.Cuando se subió una madre con su niña pequeña le ofreció su regazo para llevarla.A ella tambíén le dolía la espalda para ir parada .La chiquita se durmió, lo que ella no había logrado en todo el día, es decir relajarse, ya que estaba tensa como una vara.No había contado el mar y algunos ejercicios de respiración en la orilla.La pequeña y su paz, le llegó a ella....Cuando llegó la parada Martina, le dijo :Pero ella puede caminar -a lo que la madre no le hizo caso alguno., la colocó en sus caderas a horcajadas y con otra mano los bultos que llevaba. Vio como se fue caminando por una calle de tierra empinada..Martina, sintió latir su corazon más fuerte y pensó para si misma una madre siempre saca fuerzas desde no las tiene por un hijo...
(rosi12)