La última función
Y va con tal espada en mano, derrumbando toda falsedad, hastiada de esa repulsiva ambigüedad, los monstruos no eran tan temibles despues que le huyeron a la Verdad.
Se resquebraja la ciudad de plumabit, el escenario principal no aguanta otra sórdida actuación más.
Ya nadie recoje los panfletos de Romeo y Julieta.
Una vida en el teatro, de tantos años, se ha oxidado, los antifaces, amontonados y los trajes, apolillados.
Las tablas, resuenan, esperan el fuego de una horda enfurecida, a la que por años, fue aturdida, mas el tropiezo fue una sacudida.
Camina con antorcha en mano y el repetivo guión, la clásica función le dan la reverencia final a esta ficticia ciudad.
Scarlett-Oru
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