En todo venezolano convive una canción.
Y que ninguno diga que, no hay cantores.
Y que todos vean que, se visten de pasión.
Cada paisano de su existencia son actores.
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Conny Méndez, una insigne maestra, lo dijo.
Ella, máxima cultora de la música venezolana.
Entendió que el legado era de todos sus hijos.
Su magna música la dejó a su tierra soberana.
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En esta bella tierra de gracia quedó su canto.
Fue una venezolana mística y muy espiritual.
Era metafísica y se cubrió con sagrado manto.
Orar con amor por la patria, es parte del ritual.
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¡En esta triste hora, todos con fe te evocamos.
Tu legado de fe, es sagrado y con este rezamos!