Lléname de ti...
Quiero que me llenes de caricias, busca los recovecos de todo mi cuerpo
y llénalos de caricias y no dejes espacios vacíos, llénalos de besos.
Lléname toda, víveme, siénteme, poséeme, desnúdame y vísteme de besos,
Y cual suave caricia ve bajando lentamente por mi vientre, sube a mi boca
que parece volcán encendido, ven! baja la temperatura estoy ardiente,
quiero dejar este fuego en tu boca que nos enciende a los dos, vamos a tenernos,
y a encendernos en la fogata del deseo, para sentir bajo la piel el calor
de dos cuerpos en erupción, nada ni nadie los puede apagar.
Lléname de ti sacia mi hambre en el claro oscuro de tus mañas de hombre fuerte,
ven a la guerra de dos cuerpos, que luchan por sobre vivir a la pasión dándose amor.
Lléname de sortilegios, llévame a donde nadie me ha llevado, cuando he pedido amor,
cuando he amado como sólo yo sé amar, sabiendo qué nadie más te amará cómo yo!
Lléname de besos y deja tu sello de hombre arrebatado por todo mi cuerpo, que sepan
qué soy muy tuya y tú muy mío, soy tu dueña, la atrevida, esa que nunca se va y ni se
piensa ir... Yo nací para amarte en está vida y en la otra, existo en ti, desde tú vida pasada,
el destino se confabuló para encontrarnos, ahora abrazarnos el momento de tenernos,
para llenarnos, saciarnos y darnos todo lo que nos merecemos, eso que el tiempo nos robó,
y fui de otros y tú de otras y, yo moría de celos, juraba qué te sacaría los ojos!!
pero lo que siempre quería, era tenerte de nuevo y volverte a vivir en mi alma, vida y corazón.
Como En El Paraíso Terrenal, Comiéndonos El Fruto Prohibido, Vistiéndonos De Besos Para No
Avergonzarnos, Y Sin Pecado Concebido Llenos De Amor Hagamos El Amor Bajo El Manzano,
De Deseos Que Comulga Con Los Dos Llenos De Amor, Pasión Y Deseo.
Lléname De Besos De La Cabeza A Los Pies! Lléname Toda De Ti Amor, Amor Hermoso!
Lléname, cánsame, agótame, vacíame en ti para oler a ti...
Siempre tuya, siempre mío!!
Alicia Pérez Hernández… México
No es la pluma la que escribe, es el alma
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Te amo...
con el mundo que no entiendo,
con la gente que no comprende,
con la ambivalencia de mi alma,
con la incoherencia de mis actos,
con la fatalidad del destino,
con la conspiración del deseo,
con la ambigüedad de los hechos.
Aún cuando te digo que no te amo, te amo,
hasta cuando te engaño, no te engaño,
en el fondo, llevo a cabo un plan,
para amarte mejor.
Te amo...
Te amo... de Pablo Neruda