Cuando ya no tengas nada,
cuando ya nada te quedé,
cuando el vacío de ti y tu alma se apoderé,
y la muerte sea lo único que pasa por tu mente.
Recuerda a papá,
de ese lugar te puede platicar,
dame un gran abrazo feliz,
porque fue así, como de ahí,
tú me rescataste a mí.
Yo sé lo que se puede sentir,
la agonía tan cerca de ti,
el desánimo y todo sin sabor,
sin sentido, sin coraje, sin amor.
Tirada en el piso, sin luz y valor,
sin esperanza, emoción, calor y color,
con la intención al más mínimo pretexto,
cuando te mires al espejo y veas sólo un objeto,
Recuerda a papá,
yo también soy parte de la nada,
ahí donde tu estas,
yo te puedo abrazar.