Un oasis son tus ojos
la guarida de mi salma
donde fluyen mil antojos
Latidos que siente mi alma.
Amor que el tiempo no desalma,
No hay olvido o dignidad
Solo pide integridad
Símil al claro mar caribe
Donde la duda se inhibe
porque este amor es beldad.
<span;>Su nombre penetra mi pensamiento
<span;>Su sarcasmo acaba mi paciencia
<span;>Un día lo callaré sin remordimiento
<span;>con besos de pasión y sin clemencia
<span;>Mientras tanto lo dejaré quieto
<span;>Que piense lo que le venga en gana
<span;>Yo se bien que esta inquieto
<span;>Y a mi la paciencia se me encana
<span;>Que siga buscando en sus Adentros
<span;>El olvido que se le esconde y lo mata
<span;>mientras espero los encuentros
<span;> de en sus brazos estar en la alborada...
Su nombre penetra mi pensamiento
Su sarcasmo acaba mi paciencia
Un día lo callaré sin remordimiento
con besos de pasión y sin clemencia
Mientras tanto lo dejaré quieto
Que piense lo que le venga en gana
Yo se bien que esta inquieto
Y a mi la paciencia se me encana
Que siga buscando en sus adentros
el olvido en llamarada
mientras espero los encuentros
de en sus brazos estar en la alborada...
Con su nombre penetra mi pensamiento.
su sarcasmo me acaba la paciencia.
pero lo he de callar y aqui no miento,
con besos de pasión y sin clemencia.
Mientras tanto voy a dejarlo quieto
que piense lo que se le venga en gana
yo sé bien que está muy inquieto
y a mi la paciencia se me encana
Que siga buscando en sus adentros
olvido con ferviente llamarada
esperaré todos los encuentros
en sus brazos estar en la alborada
Con su nombre penetra mi pensar
su sarcasmo me acaba la paciencia.
Pero no he de hablar, lo voy a callar,
con besos de pasión, sin indulgencia.
Mientras tanto lo dejaré en su trance,
que piense lo que quiera, a su manera.
Yo sé bien que en su mente hay un lance,
y en mí el sociego se hace espera.
Que siga explorando en su interior,
el olvido en su llama incontrolada,
yo aguardaré todos sus encuentros,
para en sus brazos, ver la alborada
En el silencio de la tarde dorada,
donde el cielo se funde con el susurro del viento,
te pienso, amor mío,
y cada latido se convierte en verso.
Tus ojos, estrellas en mi firmamento,
son faros que guían mi alma errante.
En cada parpadeo encuentro un universo,
donde perderme es mi más dulce anhelo.
Tus labios, rosas en el jardín de mis sueños,
son promesas que el tiempo nunca desdibuja.
En su roce, el mundo se convierte en un eco,
un canto suave que el corazón dibuja.
Caminemos juntos por senderos de caricias,
donde el amor es el único faro que necesitamos.
Que cada paso sea un suspiro compartido,
cada abrazo, un poema que nunca terminamos.
Bajo el manto de la luna, en noches eternas,
seremos dos almas entrelazadas en la danza.
Porque en tus brazos hallé mi refugio,
y en tu mirada, el destino que mi ser abalanza.
Amor mío, eres la melodía en mi corazón,
la que nunca cesa, la que siempre canta.
Que el eco de este amor resuene en el viento,
y nos lleve siempre hacia la luz de la esperanza.