jvnavarro
DIARIO DE VERANO LIX (¿SOY POETA? ¿USTED QUE OPINA?)
Una noche es esta tranquila
en que la luna anda perdida,
en que miro al firmamento y me asaltan
las dudas,
sin nada por ahí encima,
ni una estrella errante,
ni un cometa,
ni un satélite con destino a la luna,
mi vida de verdad que no es la misma.
Y es que no se
si soy poeta porque me gusta la poesía
o es que la poesía
es una especie de pitonisa
que me hechiza.
Me se reo de las palabras,
es mi culpa adorarlas y quererlas,
pulirlas.
Me se guiado de un instinto,
fe íntima,
que me lleva
en un frenesí de esos que mucho dura,
de aquí para allá
es como si el mundo
estuviera recluido en un poema
y todo girara
alrededor de una rueda
de las llamadas de fortuna,
en que uno se sabe ganador
por aquello de ser
quién cultiva ese hermoso vergel
en el que predominan
este tipo de escrituras.
Que belleza las de esas campiñas
donde los versos surgen
y se ramifican,
donde los sonetos son las tiernas hojas
bajo las que se cobijan las rimas,
asonantes y consonantes con sus bellas melodías,
por allí poemas pastoriles y romances
los himnos, las odas, las elegías, las sátiras y églogas
atraídos por la hermosura
de los ríos que bajan trayendo cantares de otras tierras
que si bien se miran
sirven para llenar de cariño
los espacios por donde este poema camina.
Se oye una guitarra, unas palmadas
replican,
una garganta rota
al cielo envía
un desgarrador grito
de dolor
de esos que pone los pelos de punta.
Se oyen murmullos,
y es que la noche se anima,
ya los gatos duermen,
ya los perros ni respiran,
ya el aire mueve la tranquilidad que anida
por estos lugares de mi ser
en que algo me dice
que la poesía es el eco de una voz
que se expande
por allí donde hay vida,
siempre ella dispuesta a darnos
lo mejor de lo suyo,
para que nosotros sepamos hacer estribillos,
con que alegrar las mañanas,
estas de ahora mismo
con tantas guerras contraídas.
Y me se llegado a un final,
en nada para mi bonito,
con el poema pidiendo árnica
para dar sabor a algún verso
que se rompió entre llantos descosidos,
mientras yo me tomo una taza de tila,
me miro las canas
y me digo en mitad de una sonrisa:
¡De verdad que soy poeta!
¿Usted que opina?