De una simiente horadada
surge una mujer frondosa
pero los embates de la vida
sus raíces cercenaron,
por ende; la brisa tenue
mueve su frágil tallo
al sentirse mustia
los días grises se ralentizan
caen gotas de lluvia fina
llenas de esperanza,
las nubes iridiscentes
florecen su espíritu: piensa
el sentido de la vida es;
”vivir en el aquí y en el ahora”
y con sonrisa genuina
queda otra vez enraizada.