Con pasos lentos fui ahogando a mi llanto
dejando detrás de mí cruces y tanto dolor,
apenada mi alma y mi corazón en quebranto
todo mi duelo en el pétalo de aquella flor.
Sin pensar que la vida me dolería tanto
que de estos tristes versos sería el autor,
que aquí en este callado mundo abstracto
bajo la tierra húmeda dejaba a mi gran amor.
Un camino que se hacía tan largo e infinito
mi espíritu huyó de mí creyéndome maldito
quedándome más solo con mi realidad.
Avanzando encadenado al paso del tiempo
la muerte corriendo por dentro de mi cuerpo
deseando que la muerte no me tenga piedad.