No los quiero ver morir,
antes yo acepto la muerte
porque todo aquel que muere
nunca más ha de sufrir.
Reconozco en mi sentir
que pensarlo mucho duele,
que vivirlo nadie quiere
y prefiere no existir.
Yo no quiero que se mueran
esos seres que amo, y me aman,
porque no quiero tinieblas
que me nublen más el alma;
y no quiero, el alma yerta,
cuando venga la alborada.